Historia Una leyenda sitúa la aparición del Abanico plegable en torno al siglo VII d. C., atribuye su invención a un obrero japonés llamado Tamba que tuvo la idea al observar las alas de un murciélago. Confirma esta leyenda el hecho de que los primeros abanicos se llamaran “komori”, palabra que en japonés significa murciélago. En Europa, el Abanico plegable aparece en el siglo XVI, a través de Portugal, que en aquella época mantenía una intensa actividad comercial con Oriente. Aunque según recientes estudios se cree que los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuítas. Catalina de Médicis los introdujo en Francia. En la corte de Enrique III, tomando como ejemplo el Rey que los utilizaba se hicieron muy populares. La representación pictórica del abanico no se hace esperar, y uno de los primeros ejemplos, podemos verlo en el Retrato de la Infanta Juana de Austria, de Antonio Moro (1519-1576), convirtiéndose desde entonces en un objeto